RESOLUCIONES DEL VII CONGRESO DE LA CGT Mexico – 1929

RESOLUCIONES DEL VII CONGRESO DE LA CONFEDERACION GENERAL DE TRABAJADORES, CELEBRADO EN MEXICO, DEL 21 AL 29 DE JUNIO DE 1929

MOVIMIENTO OBRERO

1.° La Confederación General de Trabajadores, representada por su comité confederal, constituye con la representación de la Alianza de Ferrocarrileros, Confederación Nacional de Electricistas y Federación Sindical del D. F., un comité organizador para la celebración de una gran convención con el fin de buscar el acercamiento entre las organizaciones obreras del país.

2.° Se faculta al comité confederal de la C. G.T., para que juntamente con las representaciones enumeradas en la cláusula anterior elaboren las bases sobre las cuales se sujete la convención, tomando como base el principio del sindicalismo revolucionario.

3.° Las organizaciones representadas en el VII congreso firman un pacto de solidaridad, siendo esto por conducto del Secretariado Confederal, con las organizaciones convocantes a la gran convención quedando todas ellas en independencia absoluta tanto en la ideología que sustentan como en la táctica de lucha.

4.° Se faculta al Comité Confederal para que invite a la Confederación de Comunicaciones y transportes a que tome parte en la lucha de orientación y mejor éxito en la celebración de la convención.

5.° El congreso determina lanzar un manifiesto de orientación y llamamiento a los trabajadores del campo y de la ciudad, para el fin que se persigue con la celebración de la gran convención. Dicho manifiesto era refrendado con las firmas de las organizaciones concurrentes a este congreso y siendo cubiertos los gastos por las mismas.

DE LA FORMACION DE FEDERACIONES POR INDUSTRIA

1.° Como primer paso para tal objetivo se procedera a la formación de sindicatos de rama de industria a los organismos que radican en el país.

2.° Para la denominación de sindicatos y su organización, se considera la clase de producción que elabore la factoría donde presten sus servicios, de manera que exista un solo sindicato por cada fábrica o si son varias las factorías que controla una sola empresa, se denominará sindicato de empresa.

3.° Para que los organismos por industria tengan la fuerza que reclama este sistema de organización, estos se constituirán con un número no menor de cincuenta y en caso de ser menores pasarán a ser parte integrante del sindicato de oficios varios o formarán un sindicato de factoría perteneciendo a la federación respectiva.

4.° Mientras no estén constituidas las Federaciones Generales de Industria, los sindicatos de rama de industria pertenecerán, cuando se encuentren aislados, a las federaciones locales o regionales.

5.° Para la debida observancia de las cláusulas anteriores, los sindicatos de rama de industria ya constituidos se esforzarán por hacer toda la agitación necesaria para celebrar convenciones generales o regionales de sindicatos y Federaciones de industria de acuerdo con las bases de la C. G. T.

6.° En los Estados donde el raquitismo de la industria impida la formación de sindicatos o federaciones de la misma, estos procederán a la formación de Federaciones locales o regionales.

7.° Todas las reclamaciones fraternales y de solidaridad a que se sujeterán será de acuerdo y por ningún sentido en contraposición a las bases de la C. G. T.

NIVELACIONES DE SALARIOS

1.° Los sindicatos y federaciones enviarán en un plazo no mayor de cuatro meses una lista de salarios detallada por categoría y oficio, así como las condiciones de vida, vías de comunicación y transporte.

2.° Recabados los datos anteriores, el Comité Confederal enviará a todos los organismos de la república de una y otra región un proyecto de nivelación de salarios, resolviendo los sindicatos si están de acuerdo o no con el mismo.

3.° Obtenida la anuencia de las organizaciones, de común acuerdo se fijará la fecha en que se eleve en toda la república la petición de nivelación de salarios.

MOVIMIENTO CAMPESINO

1.° El séptimo congreso de la C. G. T., acuerda agrupar en su seno a todos los sindicatos de campesinos y comunidades agrarias, a fin de formar la Federación General Campesina.

2.° La Confederación General de Trabajadores hará la propaganda necesaria a fin de convocar a todo el elemento campesino a una convención que se celebrará en la ciudad de México y cuyo fin será el de la constitución de la Federación General Campesina.

3.° El séptimo congreso resuelve que el Comité Confederal de acuerdo con los Sindicatos y Uniones adherentes, realicen amplia propaganda entre el elemento campesino a fin de orientarlo, alejándolo de toda política, así como combatir el alcoholismo, buscando la forma efectiva de su educación.

4.° Los sindicatos, donde no existan Federaciones, activarán la celebración de congresos locales formando las federaciones regionales, las cuales quedarán adheridas a la Federación General Nacional Campesina.

5.° Al constituirse la Federación Nacional Campesina esta luchara por la conquista Inmediata de la tierra.

6.° Al conocer la Federación Nacional Campesina de las necesidades de cada región ésta tendrá la obligación de encauzar sus trabajos de acuerdo con los campesinos por la senda del mejoramiento inmediato.

7.° Siendo para los campesinos benefactora toda clase de propaganda, ya sea escrita u oral, no se circunscribirá ésta a uno solo de estos terrenos, para lo cual se imprimirán folletos, manifiestos, etc., realizando a la vez jiras de propaganda entre los elementos del campo.

SISTEMA DE COTIZACION

1.° El congreso de la C. G-. T., tomando en consideración que los distintos sistemas de cotización establecidos hasta la fecha no dan resultados prácticos para el sostenimiento de los sindicatos y aun de la misma confederación, se acuerda establecer un nuevo sistema de cotización.

2.° Para implantar el nuevo sistema de cotización las agrupaciones confederadas presentarán a los ocho días después de terminado el congreso, un pliego de peticiones a cada una de las empresas, solicitando que de acuerdo con el número de agremiados se haga el descuento de la cuota sindical que por obligación tienen los agremiados, sea ésta semanal, quincenal o mensual.

3.° El pliego de peticiones estipulará lo de la cláusula anterior en la forma siguiente: El descuento que se haga a los trabajadores por concepto de cuota será recogido de las fábricas, talleres, en la siguiente forma: cinco centavos mensuales por el tesorero confederal o para la tesorería confederal, cinco centavos mensuales por concepto de cuota federal o sea para la federación a la cual pertenezca el sindicato del agremiado.

4.° En los Estados el delegado confederal será el encargado de recoger las cuotas confederales, el cual tendrá la obligación de enviarlas en su oportunidad, pudiendo extender recibos, siendo estos por triplicado para que entregue una constancia, otra la archive en su favor y ‘una la envía a la tesorería confederal.

OTRAS RESOLUCIONES

1.° Que se pase a referéndum el lema de la C.G.T., en el sentido de que sea Comunismo Libertario o Comunismo Anarquista.

2.° Por mayoría de votos el congreso acordó tomar participación en las juntas de conciliación y arbitraje, pidiendo para tal caso la anuencia de las organizaciones adheridas que no estuvieran representadas en el congreso, para que dén su opinión.

3.° Se reconoce la deuda de los compañeros mecánicos, siendo ésta de $ 1.000 (mil pesos) que se les deben desde hace más de dos años. Acordándose a la vez que se gire una circular a todos los organismos adherentes para que hagan una donación voluntaria a fin de que el producto de ella se les de como primer abono mensual de cincuenta pesos.

4.° Quedan al margen de la organización José C. Veladés, Rafael M. Saavedra, Guillermo Durante de Cabarga, Regino H. Leargo y Antonio Pacheco.

5.° Se faculta al Secretariado para que busque un local más apropiado para instalar sus oficinas.

Nombres de los compañeros que integran el nuevo Comité Confederal, los cuales fueron electos en el seno del congreso: Secretario general, Manuel E. Salazar; Srio. de conflictos, Ciro Mendoza; Srio. de Organización, Gilberto Garfias; Srio. de Educación, Saúl García; Srio. Pro Presos, Pantaleón Aguilar y Srio. Tesorero, Joaquín Quintana.

Publicado en La Continental Obrera, órgano de la Asociación Continental Americana de los Trabajadores (Adherida a la A.I.T.), Número 3, Octubre de 1929

=====

Los anarquistas en el movimiento obrero

Editoria de La Continental Obrera, órgano de la Asociación Continental Americana de los Trabajadores (Adherida a la A.I.T.), Número 3, Octubre de 1929

No es siempre fácil, en los diversos países y en las más difíciles circunstancias, definir la conducta de los anarquistas en el movimiento, obrero. Donde falta una verdadera tradición revolucionaria y libertaria y las masas sufren la influencia de los demagogos liberales y pseudo socialistas, con frecuencia sucede que las organizaciones obreras pierden el camino y se extravían en las encrucijadas de la política. Pero al menos los hombres que no se dejan arrastrar por las corrientes que predominan en un momento, los que tienen una clara visión del momento histórico y del mal que ocasionaría su pasividad e indiferencia, deben resistir empeñosamente ese extravío colectivo y hacer un esfuerzo supremo para restablecer las líneas del movimiento rotas por los oportunistas con el apoyo de los ignorantes.

 Se sabe que la principal tarea de los partidos políticos, llámense conservadores o liberales, fascistas o socialistas, consiste .en disciplinar a los pueblos. La disciplina tiende a someter al ciudadano a determinadas reglas políticas, pero sobre todo debe ser aplicada, en las organizaciones económicas del proletariado conforme a fórmulas de equilibrio que no alteren el ritmo de la mecánica Capitalista. El obrero se ve así impulsado a no exigir más de lo que está considerado como posible… y carga siempre con todas las consecuencias de las crisis industriales que provoca el exceso de producción y las maniobras especulativas de los que juegan a la carestía en plena abundancia.

 Se comprende, pues, que los sectores políticos, para colocarse en situación de merecer el apoyo del capital y obtener éxito en su lucha por el poder, deban ante todo contar con un movimiento obrero que los respalde en el llano. La socialdemocracia es fuerte en algunos países porque se apoya en grandes masas, porque ha sabido imponer una disciplina al proletariado, porque puede garantizar un relativo equilibrio económico a la burguesía en momentos difíciles para su estabilidad como clase dominante. ¿No consiste precisamente en eso el colaboracionismo, no sólo en el parlamento, sino también en los comités de arbitraje que crea el Estado para regularizar las relaciones entre las empresas industriales y comerciales y los sindicatos de asalariados, a los que se obliga a renunciar a la huelga y a deponer todas sus armas defensivas en nombre de un pretendido interés nacional? Es a través de las experiencias sufridas por el proletariado en estos últimos años, de la dolorosa realidad que viven los pueblos en esta era de industrialismo, de grandes progresos técnicos, de racionalización y de fascismo económico, que los anarquistas deducimos la importancia que tiene el movimiento obrero para las futuras conquistas económicas y sociales de la clase trabajadora. Pero el anarquismo no puede ni debe seguir a remolque del proceso capitalista, aceptando como imprescindibles los efectos, de la crisis espiritual derivada del exceso de crecimiento de las potencias económicas, viendo en la “’fisiología” de la capitalización del mundo el único factor de la lucha de clases. Es necesario que los hombres que admiten el arma económica como necesaria para enfrentar a la burguesía, pero que consideran que la liberación del esclavo del salario, debe efectuarse mediante el desarrollo de las’ potencias espirituales, dé su capacidad moral, del fortalecimiento de la conciencia individual, contrarresten, los electos letales de la política y combatan sin descanso la influencia de las teorías conformistas, porque no pueden ser libres los pueblos que admiten como necesaria la ley, la autoridad, el Estado.

 No basta con que los anarquistas actúen, como obreros, en las organizaciones económicas del proletariado. El anarquismo debe ser una fuerza de expansión, un movimiento integral en el terreno político y económico, en abierta beligerancia frente a los partidos reformistas que buscan en la clase trabajadora un punto de apoyo para conquistar el poder. La acción contra la burguesía debe ser encarada partiendo de la base de que el Estado es siempre, cualquiera sea su denominación, el instrumento que favorece a la minoría privilegiada.

 Por desgracia no todos los anarquistas han comprendido esta verdad: que no es posible mantener una posición neutral frente al movimiento obrero. Hay militantes que no creen necesario llevar a los sindicatos sus preocupaciones ideológicas, porque consideran a la clase trabajadora incapacitada para comprender el valor de las ideas de emancipación integral. Están por otra parte los que subordinan el anarquismo al sindicalismo, admitiendo que la lucha de clases resuelve por sí misma la continuidad histórica del proceso revolucionario. Y, finalmente, tenemos a los que se conforman con poner un rótulo a las organizaciones creadas por iniciativa anarquista, pero que están a merced de las más encontradas corrientes doctrinarias y caen con frecuencia en el círculo negativo de las reformas sociales.

Es lo que ha sucedido en México con la Confederación General de Trabajadores. Los anarquistas acaban de perder el control ideológico y espiritual del movimiento obreros por ellos creado a costa de ingentes esfuerzos y sacrificios. Una mayoría sin calificación doctrinaria, producto del ambiente, sancionó acuerdos que representan un retroceso en la marcha del proletariado mexicano que había logrado superar el período de las vacilaciones doctrinarias. El séptimo congreso de la C. G. T. rectificó las directivas del anarquismo, confundiéndose con la reformista C.R.O.M.

Todas las resoluciones del congreso confederal adolecen del mismo defecto: están inspiradas por una opinión sindicalista, amorfa, que admite como único norte la conquista de beneficios económicos, sin hacer distingos en los medios a emplear, sin tener siquiera en cuenta las experiencias que prueban la ineficacia de los recursos que convierten al movimiento obrero en una fuerza pasiva al servicio del Estado.

Publicamos en otro lugar las resoluciones tomadas en el séptimo congreso de la C.G.T. de México. Da pena leer semejantes aberraciones. ¿Cómo fué posible ese cambio de frente? Los anarquistas tienen seguramente mucha responsabilidad de lo ocurrido, pues no pueden atribuir a sorpresa un hecho que se ha ido gestando en los medios obreros en que militan. ¿Reaccionarán ahora contra ese sindicalismo amorfo que amenaza destruir las mejores conquistas del proletariado mexicano? ¿Estarán todavía a tiempo para salvar a las organizaciones no contaminadas por ese reformismo que se disfraza con palabras subversivas pero que es en el fondo un nuevo puntal de la demagogia de los gobernantes con careta socialista? La propaganda anarquista en México no debe abandonar su principal campo de acción — el movimiento obrero —, porque ello importaría tanto como dejar a la clase trabajadora a merced de los aventureros de la política.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *