Juana Rouco Buela (1889-1969)

Juana Rouco Buela fue une militante anarcosindicalista, propagandista y anarcofeminista.

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Nació el 19 de abril de 1889 en Madrid (España). A los cuatro años muere su padre y queda en la miseria. Figura esencial del anarquismo y del feminismo tanto en Buenos Aires como en Montevideo. Todo un símbolo en la lucha por los derechos de la mujer.

Huérfana de padre a los cuatro años, tuvieron que emigrar ante la difícil situación económica y llegan a Argentina en 1900. Aprende a leer y a escribir en los centros anarquistas.

En 1904 participó como oradora en el mitin del primero de mayo, organizado por la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), acto que fue reprimido violentamente por la policía. Ese mismo participó en el congreso de la FORA representando a los obreros de la Refinería Argentina de Azúcar de Rosario, que estaban en huelga.

En 1907, junto con Virginia Bolten, María Collazo y Teresa Caporaletti, organizó el Centro Femenino Anarquista, un espacio para la divulgación del ideario ácrata entre las obreras y las mujeres del pueblo.

Participó activamente en el movimiento contra el aumento de los alquileres. En esta huelga Juana destacó por su capacidad organizativa y por una tempestuosa oratoria, y consiguió movilizar la mayoría de los conventillos de Buenos Aires.

Fue deportada a Europa a consecuencia del atentado contra el presidente Figueroa Alcorta. Residió en Marsella y Génova, relacionándose con anarquistas franceses, españoles e ingleses.

Enseguida decide volver al Río de la Plata, asentándose en Uruguay. En 1909 participó en la creación en Uruguay del periódico «La Nueva Senda». Su participación en los mítines de protesta por el fusilamiento de Francisco Ferrer Guardia en Barcelona le ocasionaron nuevas persecuciones.

En 1910 fue detenida en Buenos Aires siendo extraditada a Uruguay. Tras un año en prisión fue puesta en libertad, volviendo a militar en el anarquismo uruguayo.

En 1914 decidió marchar a Europa, y al ser descubierta en el barco que la llevaba fue desembarcada en Brasil. Así, residió en Río de Janeiro durante tres años, en los que alternó su oficio de pasadora del hierro y su activismo sindical.

En 1917 regresó a Buenos Aires, donde participó activamente en las luchas sociales de la época. En 1921 estuvo presente en la creación del Centro de Estudios Sociales Argentino, espacio de debate sobre temas relacionados con la vida privada y pública de las mujeres. Germinó en Juana el deseo de expresar la voz de las mujeres anarquistas y entre 1922 y 1924 se ocupó de la redacción y administración del diario «Nuestra Tribuna», creado por y para mujeres.

El golpe de Estado del general Uriburu en 1930 es un momento de inflexión para los grupos anarquistas y para la propia Juana, que queda sola con sus hijos al ser abandona por su compañero.

Retorna a la actividad pública en el contexto de la Guerra Civil española, participando en las organizaciones de ayuda a la lucha. En Barcelona colabora en «El Rebelde», dirigido por Teresa Claramunt, y se une al equipo de «Tierra y libertad». En los años cuarenta, su vida pública se va acotando ante la irrupción del peronismo y la desaparición histórica del movimiento anarquista.

En 1964 publicó su autobiografía «Historia de un ideal vivido por una mujer» que cuenta, no sólo su vida, sino también las luchas de sus compañeras y de todas las voces silenciadas de ese pasado revolucionario.

Convertida en un símbolo del movimiento libertario argentino, Juana Rouco falleció el 31 de octubre de 1969 y su lucha y su trabajo contribuyeron a que las mujeres dejaran de ocupar un plano inferior.


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