INSTRUCCIONES SOBRE LA VIRUELA [IWW-AIT Chile, 1924]

La viruela es una enfermedad general específica, eruptiva e infecciosa.
Es la afección más fácilmente transmisible y cuyo contagio dura más largo tiempo.
El contagio se hace directamente por las relaciones de un enfermo con un sano o indirectamente por objetos, por ejemplo, ropa de cama interior y exterior usadas, como alfombras, etc., o por personas sanas que hayan estado en contacto con un varioloso. El contagio puede también hacerse por el aire, por las moscas, etc.

La enfermedad no comienza inmediatamente después del contagio; se produce más o menos dos semanas después.

Síntomas

Principia generalmente con fiebre, acompañada de escalofríos, dolores de cabeza, relajación de los músculos y tendencia a desmayos, acompañados de vómitos.
A esto se agregan dolores de la espina dorsal y de la cintura. Se presentan
pronto manchas parecidas a la alfombrilla en el abdomen y en los muslos.
El día de la erupción disminuye la fiebre, se forman manchitas rojas, primero en la cara, luego en el tronco y después en los demás miembros. En las manchas se forman poco a poco ampollitas, la piel se inflama, el contenido de las ampollas se transforma en pus y se generaliza la erupción. Estas ampollas pueden producirse también en los oídos o en los ojos, produciendo la sordera y la ceguera de las personas atacadas.
La enfermedad se presenta en diferentes grados desde la más leve o varioloide, hasta las formas confluyentes y hemorrágicas.
Los enfermos exhalan un olor desagradable que proviene del pus, siendo en
este estado la enfermedad más repugnante de todas las conocidas.
De las erupciones se forman costras, que al fin se caen dejando las cicatrices.

Contagio

Cada caso de viruela, por más leve que se[a] puede producir en otras personas la enfermedad en su forma más alarmante, por eso es para sus vecinos un gran peligro, porque los levemente enfermos están en contacto con más frecuencia con los sanos, que los graves.
Fuera de la vecindad del enfermo, están en peligro gravísimo las personas que corren con los objetos usados por ellos, como lavanderas, traperas, etc.
La viruela es contagiosa desde la incubación y sobre todo durante toda la
erupción y desecación.
Sólo la ausencia absoluta de descamación indica la cesación de la contagiosidad.
Profilaxia, -Se resume en:
1) Aislamiento;
2) Desinfección, y
3) Vacunación.

1. AISLAMIENTO

Debe evitarse que personas sanas estén en contacto con el enfermo. Conviene transportar al enfermo al Lazareto, porque ahí se puede hacer con más comodidad el aislamiento y el tratamiento.
Nadie debe visitar a un varioloso, ni tampoco deben recibirse visitas de una
casa en que haya un varioloso.
Las personas destinadas a cuidarlo deben haber sido vacunadas o revacunadas recientemente.
Sólo estas personas penetrarán en la pieza del enfermo y deben hacerlo poniéndose un delantal que se quitarán a la salida.
Siempre que salgan de la pieza del enfermo se deben lavar las manos en una solución desinfectante.

Cuarto del enfermo
Se quitarán, al darse cuenta de los primeros síntomas, los cuadros, tapicería, cortinas, etc.
El cuarto será aseado varias veces al día.
El polvo del suelo del cuarto será quitado todos los días, antes de barrerlo se
echará sobre el suelo aserrín mojado en una solución desinfectante.
El polvo cojido será inmediatamente destruído por el fuego.
No debe dejarse entrar a la pieza animales domésticos, perros, gatos, etc.,
vehículos de contagio.

2. DESINFECCION

El convalesciente es peligroso para su vecindad durante todo el tiempo que
existen sobre cuerpo las costras que deja la erupción.
Por eso debe lavarse a menudo todo el cuerpo con jabón y antes que se ponga en contacto con las demás personas, debe desinfectarse según indicaciones del médico.
Si se desocupa una pieza en que haya estado un varioloso, ésta debe desinfectarse, con todo su contenido
Los cadáveres de los variolosos son contagiosos.
Los vestidos, ropas y otros objetos de uso de un varioloso no deben usarse ni regalarse, sin previa desinfección.
Las prendas de poco valor vale más destruirlas por el fuego.

3. VACUNACION

No existe sino un solo medio para prevenir y detener las epidemias de viruela y es la vacunación y revacunación.
Casi siempre las personas que hayan sido vacunadas con éxito en los últimos diez años, se libran de la viruela o en el caso raro de que sean atacados: lo son de una manera suave, viruela discreta.
El peligro de la enfermedad es menor, mientras menos tiempo haya transcurrido desde la última vacunación.
Los parientes y cuidadores de variolosos deben vacunarse, aunque hayan sido vacunados hace tiempo.


Desinfectantes
Los desinfectantes principalmente recomendados son:
– El sulfato de cobre : Solución al 5%, es decir, 50 gramos de sulfato de
cobre en un litro de agua.
– La lechada de cal recién preparada : Se prepara tomando cal viva de buena calidad, se la apaga rociándola poco a poco con la mitad de su peso de agua, cuando se ha apagado completamente se pone el polvo en un recipiente cuidadosamente tapado y colocado en un lugar seco. Como 1 kilogramo de cal que ha absorbido 500 gramos de agua para apagarse ha adquirido un volumen de 2 litros 200, basta diluirla en el doble de su volumen de agua 4 litros 400 gramos, para tener una lechada de cal de 20%. Esta lechada de cal debe usarse fresca, se la puede conservar durante algunos días a condición de tenerla en vaso bien cerrado.
– El sublimado : Se emplea al 1 por 100, solución fuerte; a 0,50 centígramos
por mil, solución débil, según casos.
– El cresol : se emplea 25 gramos en un litro de agua.
– ácido fénico, lisol : Se emplea 30 gramos en un litro de agua
– El cloruro de cal : Sólo tiene cualidades desinfectantes poderosas, cuando
está preparada de recientemente y está guardada en frascos bien cerrados. ––1 parte de cloruro por 50 de agua.
– Jabón de potasa : Tres partes de jabón de potasa, jabón blando, jabón
verde, se disuelven en 100 partes de agua hirviendo, por ejemplo, medio kilo de jabón en 17 litros de agua. La disolución debe hacerse en caliente.
– Formalina : Se usa cuando se trata de desinfectar piezas completamente
cerradas o que pueden cerrarse herméticamente y sólo para la destrucción
de los gérmenes que están en la superficie.
– Temperatura de la ebullición : Hacer hervir un objeto en agua con una
solución de cal o de legía, obra como desinfectante, el líquido debe cubrir completamente los objetos y debe mantenerse a la ebullición hasta por media hora.

Modo de emplear los desinfectantes
Lavado de las manos y de los objectos que han servido al enfermo : usará la solución de sublimado débil o la de cresol, acido fénico o lisol.
Las cucharas, tasas, vasos, etc., que han servido al enfermo, deberán hacerse hervir después de su uso o dejarlos en contacto durante media hora en una solución de jabón de potasa cáustica.
Ropa blanca y de cama : –La ropa blanca, las servilletas, los objetos de cama, los objetos de curación serán puestos inmediatamente y por dos horas, en
una solución de sublimado, de cresol, de ácido fénico. Sólo después se pueden entregar a la lavandera, que las pondrá en agua hirviendo durante media hora, antes de someterlas al lavado.
Por ningún motivo se lavará esta ropa en agua corriente o se echará el agua
que resulte del lavado en acequias o canales.
Vestidos, etc.
: -Las prendas de vestir, que no pueden ser lavadas, los
colchones, alfombras, etc., en lugares en que haya desinfectorios se mandarán al establecimiento para que sean pasadas por la estufa, si no hubiera este recurso, se las mantendrá durante media hora en agua hirviendo.
istos procedimientos no pueden ser usados, los vestidos se desinfectarán
por la formalina, ciñéndose a las instrucciones que se dar.
Suelos, tapices, muebles : –Las manchas, suciedades sobre el suelo, tapices,
muebles, etc., serán lavados inmediatamente con la solución de sublimado o las de cresol, ácido fénico, lisol.
Objectos de cuero, madera o objectos análogos se limpiaran con paños humedecidos en las mismas soluciones.
Objectos de metal : –lo mismo, pero no se debe usar soluciones de sublimado.
Objetos felpudos : –Deben humedecerse con cualquiera de esas soluciones
de modo que se impregnen bien, después de secas deben peinarse.
Objetos de poco valor : deben quemarse.

Desinfección del alojamiento infectado
Especialmente peligrosos son los trozos de piel que caen de un varioloso. El
pus que sale de las erupciones contiene, aunque seco, los gérmenes de la peste.
Por eso no sólo debe hacérsele la desinfección después de la enfermedad, sino también durante la enfermedad. Los trozos deben juntarse, para desinfectarlos o quemarlos. El suelo de la pieza debe lavarse todos los días con desinfectantes.
La basura debe desinfectarse o quemarse.
Todas las secreciones del enfermo (secreciones de las heridas, de las erupciones, de las mucosas, el líquido espumoso que secretan por la boca y la nariz, sangre, orina, excrementos) deben desinfectarse con la solución de cresol, ácido fénico, lisol, sulfato de cobre, lechada de cal o cloruro de cal o por la temperatura de la ebullición.
Vendajes y tramos usados por el enfermo deben quemarse.
Las aguas sucias, las aguas del baño deben desinfectarse con una lechada de cal o cloruro, o por el sublimado, cresol, ácido fénico o lisol.
Desinfección por la formalina : – El aldehido fórmico se recomienda cuando se trata de desinfectar una superficie. Con esta desinfección sólo debe considerarse desinfectadas las paredes, el cielo y las superficies planas. Todo lo demás, especialmente los objetos que tengan rendijas, deben desinfectarse por los procedimientos antes indicados.
La formalina es un líquido de olor fuerte, que irrita las mucosas del aparato
respiratorio, de la nariz y de los ojos. El aldehido fórmico gaseoso conviene usarlo cuando se trata de desinfectar piezas completamente cerradas o que se pueden cerrar herméticamente y para la destrucción de gérmenes que estén en la superficie: como también para la desinfección de trajes o ropa blanca y diversos tejidos.
Para que la desinfección se haga de una manera completa, deben llenarse las siguientes condiciones:
a) La pieza debe cerrarse herméticamente, especialmente las aberturas para la ventilación, ventanas, puertas, etc.
b) Debe usarse en proporción de 2 gr. 50 por cada metro cúbico.
c) Al mismo tiempo debe usarse vapor de agua hasta saturación completa
del aire de la pieza (para 200 metros cúbicos debe evaporarse tres tipos
de agua).
d) Los objetos deben presentarse en forma que los vapores de formalina
abarquen toda su superficie.
e) La pieza llena de vapor de agua y formol debe quedar cerrada, por lo
menos siete horas.
Después de concluída la desinfección, conviene hacer entrar en la pieza vapores de amoníaco para quitar el olor de formalina.
La desinfección por formalina debe hacerse sólo por métodos conocidos y
por desinfectadores que tengan práctica.


Desinfección por el sublimado : –La desinfección de los muros pintados, cubiértas con papel, etc., será hecha metódicamente sobre todas las superficies, con ayuda de los pulverizadores y con la solución fuerte de sublimado.
Esto donde se disponga de pulverizadores, en donde no los haya, se hará la
desinfección de las murallas, techos, pisos, puertas, etc., lavándolos de arriba abajo con trapos mojados en la solución fuerte.
Las murallas blanqueadas se volverán a blanquear nuevamente.

Desinfección publico : –En general toda desinfección debe pedirse después de sano o muerto el enfermo, a las Oficinas de Desinfección, como medio de quedar completamente garantidos de ulteriores infecciones.

Higiene privada

Declaracción obligatoria : –Todo caso de viruela o varioloide debe ser declarado según la ley de 7 de Febrero de 1890.

Acompaniamentos y cadáveres : –Debe atenderse al decreto de la Intendencia que prohíbe los acompañamientos y da reglas para la conducta que debe observarse con los cadáveres.

Transportes al Lazareto : – Cuando se ha declarado en una casa en que
viven varias personas, en caso de viruela o varioloide, si el aislamiento no es posible, es necesario transportar el enfermo al Lazareto.
La esperanza de curación es así mucho mejor y de este modo no hay peligro
de contagio para las personas que lo rodean.

Coches : – Los coches en que se transporten los enfermos atacados de viruela o varioloide deben ser desinfectados. El transporte de variolosos en
coches de servicio público está penado en Santiago por decreto la Alcaldía de 20 de Septiembre de 1900.
En Santiago la Junta de Beneficencia tiene coches destinados a este objeto.

Higiene pública

La autoridad debe disponer de Lazaretos apropiados y en condiciones de no
ser un contagio para la población.
Cada uno de los establecimientos debe disponer de salas de observación para los enfermos dudosos.
Todas las causas de insalubridad que preparan el terreno para la invasión de las epidemias, deben ser tomadas en cuenta.
Las reglas generales de higiene, que deben ser seguidas en todo tiempo, serán rigurosamente observadas, sobre todo en lo que concierne:
– A la aglomeración de individuos, fiestas, procesiones, etc.
– Al control minucioso de los pozos y a la investigación de las causas de infección.
– Al retiro regular de las inmundicias.
– A la limpieza de las habitaciones.
– A la vigilancia particular de los locales, fábricas y habitaciones destinadas a la población obrera e individual.
– A la limpieza de las acequias.
– Al transporte por los ferrocarriles, etc.

Vacunación y revacunación

Es absolutamente falso que la vacunación y revacunación sean peligrosas en tiempo de epidemias de viruela; la práctica de esta sencilla operación es, al contrario, lo único que detiene la epidemia.
La vacuna no puede inocular ninguna clase de enfermedades y sólo sirve de
preventivo para que uno no sea atacado por la viruela.
La acción de las personas que engañan el pueblo con ideas antivacunistas es criminal, ya que, alejándolos de la vacuna, no pueden presentar nada que evite este enfermedad y todos nos encontramos desarmados para combatirla una vez que ataca a las personas.
La viruela es el mayor azote que ha tenido este país, al mismo tiempo que
la hemos visto desaparecer de las naciones que mantienen en rigor las leyes de vacunación obligatoria.
La viruela cuesta al país sacrificios enormes en vidas y en dinero. Para que el pueblo mida la gravedad del mal, dejamos aquí estampados los muertos habidos únicamente en los Lazaretos, desde el año 1879, sin tener estadísticas completas;

1879 Defunciones de viruela en la República2138
18807254
18811590
18822164
18833188
18842081
18853138
18867341
18871147
1888741
1889294
18906754
18916012
18924062
18933083
18942337
18952048
1896810
1897595
1898330
18999
190063
190124
190245
1903380
19041795
19054615
19063546
19071085
1908579
19093006
19101928

Que estas cifras abran los ojos de los que se dejan engañar o que por ignorancia no se acojan al único remedio salvador contra la viruela: LA VACUNA.
La viruela es la más contagiosa y la más grave de las fiebres eruptivas, ha sido durante siglos una de las más grandes calamidades y el triunfo de la medicina profiláctica ha sido encontrar un medio seguro y cómodo de ponerse al abrigo de esta enfermedad.


CARLOS ALTAMIRANO. –R. DÁVILA BOZA.


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